lunes, 23 de abril de 2012

Te echaré de menos en mis sueños.

Intenté quererte lo mejor que pude. Me perdonaste todos mis errores. Y hoy, ayer, y siempre, me doy cuenta de que jamás volveré a enamorarme de nadie, porque te llevaste mi corazón entero. Ojalá hubiese una máquina del tiempo, ojalá la hubiese. Recuerdo perfectamente aquel beso, sin ganas, áspero, y con frialdad, nuestro último beso. Recuerdo las horas que nos pasamos llorando por teléfono. Pero, si algo aprendí de esto y de "Titanic" es que hasta el amor más puro y verdadero, se hunde.



No hay comentarios:

Publicar un comentario